Año 2023,
En los ocho primeros días de enero han asesinado a cinco mujeres. Los ejecutores fueron sus parejas sentimentales. En la mitad de los casos el asesino tenía denuncias pendientes.
Los medios de comunicación emiten la noticia por la concurrencia de los hechos en un periodo tan corto de tiempo, pero todos somos conscientes de que las estadísticas no fallan y acabaremos el año con cientos de asesinatos y miles de víctimas.
¿Vivimos una dístopía?
Mientras tanto la policía y los jueces hacen su trabajo. Sus herramientas son limitadas, llevan a cabo la ley con la cautela necesaria. En el congreso los políticos se insultan; es parte de la cotidianidad del parlamento.
Esta semana es la violencia de género pero en unos días habrán pasado a otros asuntos. El gobierno de turno ha emitido una ley para erradicar esta lacra, pero por raro que parezca, ha favorecido a los violadores que tenían penas anteriores a la nueva ley. Todo parece un despropósito.
El locutor de televisión pasa a relatar las noticias internacionales: esa pertinaz guerra entre rusos que está demasiado cerca de nuestro continente y nos condiciona económicamente. De otro modo no nos haríamos eco de los acontecimientos.
No es la clásica distopía donde un gobierno opresor ha tomado el mando por la fuerza y hay soldados controlando las calles, no es esa clase de relato en la que todos y cada uno de los ciudadanos somos controlados por un ojo que todo lo ve como en la novela 1984, de Orwell.
Esta realidad es desordenada y fingida. La población no es consciente de que nos han dominado. El colapso sistémico se ha organizado alrededor de una palabra mágica que se ha pervertido con el nombre de democracia.
Tal vez pensando en las víctimas, mujeres y niños en su mayoría, fue como acabé con la novela de El Cuento de la criada entre mis manos, o tal vez quise saber del pensamiento de Margaret Atwood cuando formuló esta distopía.
En El cuento de la criada nos encontramos en una sociedad oprimida y controlada por un gobierno autoritario.
Un patriarcado donde la mujer es solo un medio para la reproducción de la especie.
El mundo ha sufrido una devastadora guerra y la vida de la gente ha quedado truncada de un día para otro.
¿Alguien puede suponer que cuando esto ocurra nos darán tiempo para reaccionar?
No, todo forma parte de un caldo de cultivo que se va cocinando poco a poco, donde el principal condimento es el ser humano que, como en el experimento de la rana, va muriendo lentamente, en el agua templada hasta que cae en el sueño de la muerte*.
El cuento de la criada relata dos realidades: cuando no existía el régimen totalitario al que están sometidas las mujeres, y la protagonista forma pareja con su novio en una sociedad normal, y la actual donde Offred, la criada está presa en la casa de un comandante.
Offred, es un compuesto que indica de quién es propiedad Of-Fred (“de Fred”, Fred es el nombre propio del comandante).
El relato expone los sentimientos de Offred, la criada. Ella es una esclava que anhela el pasado, odia el futuro, y no comprende el presente.
El contexto es algo ambiguo pero creíble: una fuerza exterior hace que los EEUU se defiendan del agresor, para ello el gobierno forma una república que toma el control de forma autoritaria. Sin duda recuerda a 1984, de Orwell.
En mi opinión hay una escena realmente perturbadora donde intervienen la criada, el comandante y su esposa, pero será mejor que lo leáis.
Es una obra recomendable.
Toda distopía es en sí una advertencia de lo que puede ocurrir.
Es una buena forma de ser conscientes de los peligros que nos acechan, antes de que caigamos en el sueño eterno de la muerte, como la rana del experimento.
El cuento de la criada fue galardonado con el Premio Arthur Clarke en 1987.
* Friedrich Leopold Goltz observó que una rana, cuando se sitúa en agua en la que la temperatura se sube lentamente hacia la ebullición, manifiesta inquietud tan pronto conforme la temperatura alcanza los 25 ºC, y se vuelve más y más agitada conforme aumenta el calor, luchando vanamente por escapar, y finalmente a los 42ºC, muere en un estado de tétano rígido. La prueba de un ser sensible se manifiesta por tanto cuando la rana tiene su cerebro, ¿cuál es la situación para una rana descerebrada? Es absolutamente la opuesta. Tranquilamente se sienta durante todas las sucesiones de temperaturas, nunca manifestando inquietud ni dolor, nunca intentando escapar de la muerte inminente.
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Créditos de las imágenes
- El cuento de la criada | Awenyr | CC BY 4.0