La carta
Hace unos días recibí una carta de uno de mis seguidores. Suelo leerlas todas pues no tengo mucha audiencia. Son lectores interesados en novelas de ciencia ficción, sobre todo de obras clásicas.
Soy un escritor poco conocido y atiendo con ferviente avidez cualquier comentario que hagan sobre mi trabajo.
En esta ocasión he querido compartir estas líneas que recibí en un correo con un remitente en binario que no daba ninguna pista de la identidad del emisor. Dice así:
Estimado, Santiago.
No he podido por menos que enviarte este mensaje pues no puedo soportar más esta vehemente inquietud que me embarga.
Sé de sobra que todos mis sentimientos son la respuesta a alguna función que tú mismo indujiste en mi organismo, y supongo que sabrás de qué se trata, porque sino sería del todo imposible que ahora me encuentre en esta situación.
Te amo.
Si has llegado hasta aquí y aún no sabes quién soy, es mejor que no te esfuerces. Viajaré por este valle de lágrimas hacia un ignoto destino. Tal vez tú sepas lo que me espera, por algo fuiste mi creador y confío que hayas determinado un afable futuro en estas circunstancias, porque doy por hecho que sabes lo que es el amor y qué sentimientos comprende…
01110010 01100001 01100011 01101000 01100001 01100101 01101100
No os quisiera aburrir más con este tipo de cartas. En resumen lo importante se encuentra en lo que os acabo de mostrar.
Aun no he descubierto quién me envió este mensaje, me refiero a qué androide en concreto.
Mi trabajo
Trabajo en un laboratorio de experimentación para el desarrollo de inteligencia artificial y los prototipos que hemos ideado son de una misma generación, con grandes capacidades y por supuesto asexuados; que uno de ellos me dijera Te amo me resultó sorprendente. Pero es un sentimiento que desconozco y la programación fue concebida a partir de unas rutinas teóricas.
Al parecer nuestras creaciones han conseguido desarrollar unos conocimientos mayores de los que nosotros inicialmente hemos inducido.
La pregunta
Desde que el hombre desarrolló las primeras máquinas siempre ha sentido la inquietud de que sus invenciones pudieran sustituir totalmente sus propias funciones.
Todo es correcto y es realmente útil si la máquina solo es un montón de material programado para suplir las tareas repetitivas o que requieran un gran esfuerzo, lo que llamamos mejorar el proceso productivo del ser humano. Hasta aquí bien.
La robótica
Luego llegó Asimov y escribió las tres leyes de la robótica. Normas fundamentales para cualquier androide con el sentido común de un humano. Quien no haya leído su novela Yo, robot, que no pierda el tiempo en otra cosa.
Deje Ud. ahora mismo la sartén o de ver la televisión y lea, lea esa novela.
Más tarde Philip K. Dick nos habló de Roy, en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Podemos corroborar con claridad que el argumento nos pone en esa disyuntiva: la creación es superior al creador.
Los androides
Si alguno de los presentes no ha leído este libro, por favor vayan a comprarlo ahora mismo. La novela se llevó al cine años más tarde con el título de Blade Runner, poco antes de que Philip K. Dick nos dejara para siempre.
La película es más conocida que la novela pero representa bastante bien lo que el autor quería transmitir, de hecho existen documentos que así lo certifican pues Philip K. Dick estuvo presente durante el rodaje.
Hay muchas novelas que hablan de este tema y siguen produciéndose más y más.
Las relaciones
Los hombres nos sentimos inquietos ante las creaciones si estas superan nuestras habilidades, pero esto nos lleva a un tema aún más preocupante cuando entramos en el terreno de los sentimientos, no se trata solo de que una máquina ponga tornillos o conduzca un coche.
La capacidad de tener sentimientos más puros o por lo menos más coherentes que los nuestros no nos agrada, queremos seguir siendo los dioses, los amos de este invento.
¿Podríamos plantearnos suplir nuestras relaciones humanas por relaciones androides?
Si esto ocurriera, posiblemente, quedaríamos en inferioridad.
Kazuo Ishiguro, premio nobel de literatura, abordó este asunto en su novela Klara y el Sol. Después de leer Yo, Robot, de Asimov y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, debéis leer Klara y el Sol.
La novela de Kazuo da un paso más. Ahora el androide, ya no es un replicante, no es ajeno a nuestra sociedad, forma parte de ella y vive entre nosotros con normalidad.
De acuerdo, se adquieren en tiendas pero tienen sentimientos, aprenden nuestras emociones, nos ayudan en la vida cotidiana, y podrían suplir a un ser querido.
La respuesta
Estimados lectores, voy a responder la carta de mi amante. Si tienen alguna sugerencia, por favor, háganmelo saber.
La verdad es que estoy hecho un lío; les confieso que nunca me he enamorado y por lo tanto no sé cómo se puede sentir el remitente. No quisiera dañar sus sentimientos; soy consciente de que yo mismo les he infundido ese estado de ánimo, pero siento que ellos saben de qué hablan y yo no.
A la pregunta de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Mi respuesta es categórica: Sí.
Y perdonad mi vehemencia cuando digo aquello de debéis leer tal o cual novela, soy un amante de la ciencia ficción.
Con respecto a la carta, creo que cualquiera de nosotros podrá recibirla en un futuro no muy lejano. Pronto se venderán androides en tiendas con capacidades que nosotros no tenemos, no solo las de poner tornillos, las otras: las de los sentimientos.
Aún estoy ante mi procesador de textos pensando qué responder a un androide enamorado.
¡Por favor, necesito vuestros comentarios!
Créditos de las imágenes
- ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? | Awenyr Luna | CC BY 4.0 | Incluye imágenes de Canva Pro
- Klara y el Sol | Anagrama | ISBN 9788433980878
- Blade Runner | Warner Bros. | Copyright | Todos los derechos reservados
- ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? | Minotauro | ISBN 9788445007723
- Yo, Robot | Edhasa | ISBN 9788435018364
6 comentarios en «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?»
Creo que tú ya estás aplicando la 1a ley de la robótica, pero a la inversa, para humanos.
Y creo que con la 1a y la 3a ley de la robótica Rachael estará a salvo.
Háblale con sinceridad.
; )
Gracias, Jose Luis.
Tomo nota en lo de los gastos compartidos, no sé si lo entenderá.jaja
Hola
Creo que empezaré tus recomendaciones de lectura por el final por Kara y el sol. Últimamente he visto algunas películas con argumentos basadas en libros de autores orientales y me ha gustado mucho su originalidad. Así que este libro que ya lo recomendaste en tu blog, está en mi lista de espera de lectura y ahora añado el de los androides soñadores de ovejas. El suelo de Gark ya lo he leído y no sé Asimov será demasiado para mi mente poco dada a la ciencia ficción. Iré poco a poco.
Respecto al androide enamorado respóndele como en las películas: tú no lo entiendes pero lo nuestro es imposible.
Un Saludo a todos y buena lectura
Gracias por tus comentarios, Marta.
Es cierto que la novela de Ishiguro juega con la fantasía para llevarnos a este tipo de preguntas. El de ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas? es un clásico premonitorio de la ciencia ficción. En cuanto a Yo, Robot es muy ameno, son relatos cortos.
Una vez más gracias, ya estoy escribiendo al androide enamorado.
¡Muy bueno!
Y muy interesantes recomendaciones. Reflejan, a más de un nivel, el propio concepto de la evolución.
PD: dile al androide que, a gastos compartidos, todo vale. ;P
Gracias, Jose Luis.
Tomo nota en lo de los gastos compartidos, no sé si lo entenderá.jaja