Subgéneros de Fantasía

Existen personas con la necesidad imperiosa de clasificar las cosas y la fantasía no es una excepción. Por ello, aunque considero innecesaria dicha acción, haremos un repaso a los principales subgéneros (que no todos) dentro de la fantasía, en base a una de sus clasificaciones habituales (que no la única).
Índice de contenido

Hoy vamos a ponernos un poquito técnicos –poco, que a mí eso de ser formal me produce sarpullido– y vamos a hablar de los subgéneros que hay dentro de la fantasía. Ojo, si por mí fuera se hablaría solo del término “fantasía” sin necesidad de especificar, pero a la gente le mola un montón eso de encasillar las cosas en un sitio para tenerlo todo bien ordenadito.

Ya aviso a posibles expertos en la materia de que esta lista no reúne todos y cada uno de los subgéneros que existen –ya me diréis qué necesidad hay de que haya tanta distinción, insisto–. He intentado crear un compendio de los que son los más comunes y genéricos para así poder convencer a esos incautos que no leen fantasía (¿os he dicho alguna vez que es el mejor género del mundo mundial?).

Bien. Empecemos.

Alta fantasía

Este subgénero es el padre de todos, el Dios de la fantasía, es la rehost… En fin, creo que ya me entendéis. ¿Qué te encuentras en este género? Por un lado, una ambientación increíble en un mundo totalmente nuevo, creado desde cero y donde existen diferentes ciudades, aldeas, estepas… lo que sea. Es más, estas novelas –por lo general, bastante gordas– suelen incluir los maravillosos mapas de los que os hablaba en otra publicación.

También aparecen criaturas como elfos, gnomos, trolls… De hecho, los protas son un grupo de lo más variopinto formado por lo mejorcito de cada especie –el mejor luchador, el mejor espadachín, el más porculero, el gracioso de turno que no sirve para mucho pero ameniza el camino… En fin, ya sabéis a qué me refiero–. El objetivo de este grupo, que representa al bien supremo, es cargarse al malo malísimo que amenaza con destruir el mundo tal cual lo conocen, someterlos a una esclavitud eterna y/o matarlos lentamente y entre terribles sufrimientos.

 Por lo tanto, habrá batallas y guerras espeluznantes en las que temeremos por la vida de nuestros protas. Lo mismo con esta descripción ya os hacéis una idea de qué novelas pertenecen a este subgénero. No sé vosotros, pero a mí se me viene a la mente El señor de los anillos como principal ejemplo.

Baja fantasía

Con este nombre parece que es un subgénero mediocre –en contraposición con la alta fantasía–, pero de verdad os digo que no tiene nada que envidiarle. Y si a alguien se le ocurre decir lo contrario, lo torturaré en sueños. He dicho.


En este caso nos encontramos con un mundo que convive con el nuestro. Es decir, no se crea un mundo paralelo, sino que en el nuestro surge una realidad mágica que lo complementa, por así decirlo. Normalmente, los humanos –seres normales y corrientes, aburridos y ¡bah! ya me entendéis– no son capaces de apreciar esta realidad porque se crea algún sistema que lo oculta a sus ojos.

En la baja fantasía, los protas suelen ser menos –uno o dos– y nos centramos en su vida y periplos. Además, lo más normal es que sean de rasgos humanos, aunque tengan algún poder especial que los diferencia de esta raza. No suele haber criaturas como en la alta fantasía, pero a veces pueden aparecer algunas.

Por otro lado, el malo ya no es tan malvado, aunque lógicamente sí que quiere cargarse al prota principal –no habría trama si no fuera así.
Ya sé que soy un poco pesada mencionando esta saga, pero el ejemplo perfecto de la baja fantasía es Harry Potter.

Fantasía oscura

Aquí ya nos metemos en movidas de las gordas. Ojo cuidao con la fantasía oscura, porque da miedito de verdad. Con ella te introduces en un mundo de horror donde no hay nadie noble ni buena persona –ni siquiera el prota– y todo está rodeado por un contexto que da canguelo y verdadero terror.

Nos encontramos ante una ambientación oscura, lugares turbios y lúgubres regados con sangre y vísceras –muy bonito y bucólico, como puedes apreciar– y todo está impregnado con magia oscura y malvada. Los protas, tal y como adelantaba antes, suelen ser asesinos, convictos, magos macabros… gente chunga, vamos. De esos que si te los encuentras por la calle, cruzas a la otra acera. 

Sin embargo, por circunstancias de la vida, resulta que se convierten en buenos –muchas veces sin siquiera buscarlo– y se transforman en lo que se conoce como antihéroes.

Un ejemplo que se me viene a la mente es La torre oscura, de Stephen King (me refiero a la séptima novela de la saga en cuestión).

Fantasía histórica

Este subgénero está muy bien definido y se diferencia fácil: se trata de coger una época histórica y regarla con elementos propios de la fantasía. Dicho así parece muy fácil, pero oye, tiene su intríngulis.

La ambientación es muy importante en estas novelas, ya que será la encargada de situarnos en la época concreta. El autor tiene que hacer un buen estudio de las costumbres, tradiciones y demás del momento concreto que ha elegido. Porque, a ver, de nada sirve que quieras que tus protas sean victorianos si los vistes con vaqueros del Zara. ¿Qué quieres que te diga? Queda como raruno, chica.

En la fantasía histórica los protas pueden ser cualquier critaura, desde gnomos hasta vampiros, pasando por hombres lobo o hechiceros entrañables. O una mezcla de todos, que no se diga. Además, pueden tener cualquier poder o dominar la magia en cualquiera de sus vertientes. Esos sí, sin vaqueros de Zara, por favor.
Un claro ejemplo de este tipo de fantasía, y que seguro que os suena a todos, es Entrevista con el vampiro.

Fantasía urbana

Su propio nombre lo indica: fantasía en la city, nena. No nos marchamos a ningún lugar desconocido ni a un mundo paralelo, no. Esta vez jugamos en casa. El prota puede ser el fontanero que ha ido a tu casa a arreglarte las cañerías.

La ambientación de este subgénero no da lugar a dudas: es una ciudad. Da igual donde sea, siempre y cuando sea real. De este modo, lo mágico y lo cotidiano se mezclan para crear una maravillosa historia. Lo normal es que los simples mortales no se enteren de qué va la vaina en el mundo fantástico, pero no nos importa lo más mínimo porque…

… porque nosotros vamos de la mano con el prota, que puede ser un simple mortal que se ve involucrado en una movida del quince –y que descubre que tiene algún tipo de poder o habilidad especial– o puede que sea una criatura tipo hombro lobo buenorro. Por cierto, en la fantasía urbana el salseo está asegurado.

Un claro ejemplo de este subgénero es Crepúsculo. Y aprovecho y barro hacia casa: mi novela, La lucha de Suevia, también es fantasía urbana.

Doy por finalizada esta lista, que si no se me eterniza el post y todos tenemos cosas que hacer –Dios me libre de robaros más tiempo–. Como os dije al principio, aquí faltan muchos subgéneros. La fantasía es tan maravillosa que da mucho de sí. Así que, os paso la pelota a vosotros:

¿Qué otro tipo de subgénero añadiríais a la lista?

Filóloga y escritora. El 99% de su tiempo lo pasa en Mesthair (es decir, en Los Mundos de Yupi), lugar en el que se inspira para sus novelas. Odia las faltas de ortografía y ama el chocolate por encima de todas las cosas.

Créditos de las imágenes

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6 comentarios en «Subgéneros de Fantasía»

  1. El problema de clasificar es que nunca hay suficientes clasificaciones. Siempre viene una obra no encajar exactamente en ningún sitio o encajar en todos.

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    • Totalmente de acuerdo. Por eso odio que se intenten agrupar las cosas. No hay necesidad de encasillar tanto. Si es fantasía, es fantasía. Suficiente 😊😊

      Responder
  2. ¡Enhorabuena por el artículo!
    Estoy contigo en eso de las clasificaciones. Tampoco me gustan, pero si se trata de cuatro o cinco donde haya claras diferencias como las que comentas, desde luego vienen bien conocerlas.
    La fantasía es un género al que me acerco de vez en cuando y tal vez no haya dado con la historia idónea.
    Pero ahí tenemos al señor King, al que no había encuadrado con este género. Me agendo La torre oscura.

    Responder
    • Siempre tienes las sagas de Warhammer 40k, que es un poco un mix entre ciencia ficción, alta fantasía, fantasía oscura, épica, ópera espacial…

      Responder
    • Es que la fantasís oscura roza muchas veces el terror. De ahí lo malo de encasillar 😅 A ver si con esa novela consigues hacerte amigo de la fantasía en general 😊

      Responder

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